La cantidad de personas desplazadas por la fuerza debido a los conflictos, la persecución, la violencia y los abusos a los derechos humanos aumentó a 82,4 millones durante el 2020, a pesar del impacto causado por la pandemia de COVID-19 y por la falta de rutas seguras hacia el extranjero. La cifra fue revelada en el último informe de Tendencias Globales de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, durante el día de hoy.

El total equivale a 1 de cada 95 personas y representa un aumento del cuatro por ciento con respecto al 2019; mientras la población mundial de personas refugiadas siguió creciendo, la mayor parte del aumento total se debió a un mayor número de personas desplazadas internas (PDI) que huían dentro de las fronteras de sus propios países.

“Detrás de cada número hay una persona que se ha visto obligada a abandonar su hogar y una historia de desplazamiento, despojo y sufrimiento”, comentó el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi. Y agregó: “Merecen nuestra atención y apoyo, no solo con ayuda humanitaria, sino para encontrar soluciones a su difícil situación”.

La pandemia de COVID-19, que ha cobrado más de 3,8 millones de vidas a nivel mundial, causó un impacto devastador en las personas que habitan en comunidades vulnerables; entre ellas, se encuentran las personas refugiadas, desplazadas internas y apátridas.

Siguiendo esta línea, la pandemia de coronavirus causó que muchas personas refugiadas perdieran sus empleos, y que muchos niños se vieran obligados a dejar la escuela para trabajar y ayudar económicamente a sus familias. Así mismo, algunas niñas refugiadas se enfrentaron al matrimonio infantil, y a un mayor riesgo de violencia sexual y de género. A su vez, las restricciones causadas por los confinamiento, junto a la creciente xenofobia, limitó las opciones de muchas personas desplazadas forzosamente.

Muchos países, como Uganda, utilizaron cuarentenas temporales, entrevistas a distancia y otras medidas para proteger la salud pública de las personas refugiadas sin dejar de ofrecer alojamiento. Sin embargo, en el pico de la pandemia el año pasado, más de 160 países habían cerrado sus fronteras y 99 no hicieron excepciones para las personas que buscaban protección internacional.

Los países también recortaron drásticamente el número de espacios para el reasentamiento el año pasado. En la primera parte del año, ACNUR y la Organización Internacional para las Migraciones suspendieron las salidas de reasentamiento debido a restricciones fronterizas. Sin embargo, tras ser reanudadas, solo fueron reasentadas 34.400 personas refugiadas, el número más bajo en dos décadas.

El año pasado, las personas desplazadas internas representaron más de la mitad del número de personas desplazadas por la fuerza, que fue de 48 millones. Ese número es el más alto registrado y representa un aumento de 2,3 millones en comparación con el año anterior. El mayor número de personas desplazadas internas provienen de las crisis en Etiopía, Sudán, Mozambique, Yemen, Afganistán y Colombia, al igual que la escalada de violencia en los países de la región africana del Sahel, incluidos Níger, Burkina Faso y Malí.

En Yemen, país que enfrenta una de las peores crisis humanitarias del mundo, muchas familias tuvieron que abandonar sus hogares de forma forzosa, lo que provocó que la cantidad de personas de personas refugiadas y desplazadas aumentara a un total de 4 millones. Desde que comenzó el conflicto y hasta la fecha, 233.000 personas han muerto debido a la violencia o causas relacionadas como el hambre y la falta de servicios de salud.

Hoy día, más de dos tercios de todas las personas refugiadas y personas venezolanas desplazadas en el extranjero procedían de solo cinco países: Siria (6,7 millones), Venezuela (4,0 millones), Afganistán (2,6 millones), Sudán del Sur (2,2 millones) y Myanmar (1,1 millones). La mayoría buscó un lugar de acogida en países vecinos, lo que significa que las naciones de bajos y medianos ingresos siguen albergando el mayor número de personas refugiadas.

Así mismo, por séptimo año consecutivo, Turquía acogió el mayor número de personas refugiadas (3,7 millones), seguida de Colombia (1,7 millones, incluidas las personas venezolanas desplazadas en el exterior), Pakistán (1,4 millones), Uganda (1,4 millones) y Alemania (1,2 millones).

El Día Mundial del Refugiado, que se celebra cada año el 20 de junio, rinde homenaje a la valentía y las contribuciones de las personas refugiadas de todo el mundo, así como a quienes han acogido en sus países y comunidades a las personas que fueron desplazadas forzosamente de sus hogares.

FUENTE: ACNUR.ORG

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