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El reto de alimentar a más de 79,5 millones de personas y terminar con la desnutrición infantil

Las guerras y los desplazamientos son las principales causas de la desnutrición infantil y el hambre en el mundo. Más de 79.5 millones de personas se vieron forzadas a huir de la violencia y lo han perdido todo. El acceso al alimento es una de las primeras necesidades que ACNUR se encarga de cubrir cuando los refugiados y desplazados llegan a un campamento o asentamiento. De media, se reparten raciones de comida suficiente para aportar a cada persona un mínimo de 2.100 calorías al día. Pero conseguir esto muchas veces se convierte en un reto por la falta de financiación, o por las malas condiciones de salud en las que llegan los refugiados a los campamentos.

21 campamentos

han experimentado un descenso de los niveles de anemia entre refugiados

176.283 personas

asistidas mediante programas especiales contra la malnutrición aguda en 2017

48 campamentos y asentamientos

han conseguido que el nivel de malnutrición aguda estuviese por debajo del 10%

La desnutrición infantil es uno de los problemas más graves de las niñas y niños refugiados. Colaborá con ACNUR para evitarlo.

En muchas ocasiones, las niñas y niños llegan con síntomas de desnutrición a los campamentos de refugiados. El hambre en el mundo causa el 45% de las muertes de aquellos de hasta 4 años. ACNUR ofrece tratamiento nutricional especial para este tipo de casos, así como suplementos nutricionales para los que tienen menos de 5 años, y para mujeres en período de lactancia. Además, la Agencia, en coordinación con el Programa Mundial de Alimentos, reparte raciones de comida diarias a las familias refugiadas.

«La gente llega a los campamentos hambrienta, sedienta y agotada, y muchas personas llegan enfermas»

Julien Ateme, trabajadora de ACNUR en Uganda