ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, hizo un llamamiento a la comunidad internacional para impulsar el acceso a la atención psicosocial de calidad para las personas refugiadas, desplazadas internas y apátridas.
Sajjad Malik, Director de la División de Resiliencia y Soluciones de ACNUR, dijo: “La COVID-19 ha tenido un efecto devastador en las personas que se han visto obligadas a huir. La naturaleza larga y prolongada de la pandemia y sus nocivos impactos de salud, económicos y sociales están exacerbando el estrés y la ansiedad que sienten muchas de las personas desplazadas. A medida que los medios de vida y los frágiles sistemas de apoyo social se desmoronan, necesitan más que nunca ayuda para superar la crisis y reconstruir sus vidas”.
En este contexto, los equipos de ACNUR informaron que hubo un aumento en el número de personas que buscan ayuda por ansiedad y depresión. En la región del Kurdistán iraquí, los psicólogos de los campamentos de refugiados informaron que se han incrementado las sesiones de consejería, tanto en persona como a distancia. En Perú, por su parte, hubo un aumento del 100 por ciento en las llamadas y derivaciones a los servicios de salud mental y apoyo psicosocial durante los primeros meses de este año.
Antes de la pandemia, el acceso a la atención de salud mental ya era limitado. Los confinamientos por COVID-19 pusieron a los servicios bajo una mayor presión. Es por ello que ACNUR y sus socios mantuvieron los servicios para las personas más necesitadas mediante la adaptación de la divulgación comunitaria y el suministro de medicamentos esenciales. En 2021, se está restableciendo la prestación normal de servicios. Sin embargo, el acceso a la atención de salud mental de calidad sigue siendo un reto.
“Volver a la situación anterior a la pandemia no es suficiente. Es necesario redoblar los esfuerzos para garantizar que las personas refugiadas, desplazadas internas y apátridas puedan acceder a los servicios de salud mental y apoyo psicosocial en igualdad de condiciones que las personas nacionales”, añadió Malik, y continuó. “Dado el aumento de las necesidades, reiteramos nuestro llamamiento a la comunidad internacional para que preste más apoyo para mantener y reforzar estas actividades que salvan vidas”.
Desde el comienzo de la pandemia, ACNUR ha prestado servicios de salud mental y apoyo psicosocial a más de 850.000 personas que se han visto forzadas a huir de sus hogares. También ha trabajado en la capacitación de personal de primera línea, en la integración de la salud mental y el bienestar psicosocial en los programas de educación de las personas refugiadas, y en la asistencia a personas con enfermedades mentales graves o complejas.
FUENTE: ACNUR.ORG
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