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Sudeste asiático: Myanmar, la crisis humanitaria que más rápido creció en cuestión de semanas

El pueblo rohingya lleva huyendo toda una vida. Desde la década del 90, miles de personas escaparon a Bangladesh, donde los campamentos de refugiados acogieron a varias generaciones de apátridas durante años. A partir de agosto de 2017, otra oleada de violencia llevó a 700.000 personas a cruzar las fronteras. De esta manera, la situación se convirtió en la crisis humanitaria que más rápido crecía en el mundo. Hoy la población refugiada de Myanmar es de 1,1 millones.

Afganistán es otro de los países que se suman a las crisis de larga duración. Es el segundo lugar del que proviene la mayor cantidad de personas refugiadas, siendo esta de 2,7 millones . Aunque si se suman a los desplazados internos, la cifra asciende a unos 5,1 millones de personas que no saben cuándo podrán volver a casa y necesitan ayuda para construir un futuro.

Huida en barcos de la muerte en el Sudeste asiático

En los últimos años se han vivido situaciones dramáticas en varias costas del sudeste asiático. En 2015, 5.000 personas fueron abandonadas a su suerte por los traficantes que los trasladaban en barcos hasta Malasia. Las imágenes de estas personas, hambrientas, sedientas y desesperadas dieron la vuelta al mundo, pero el drama de los rohingya volvió a resurgir dos años después. Estas personas están protagonizando gran parte de los flujos de refugiados del sudeste asiático mientras huyen de las matanzas y la persecución en Myanmar. Pero no son los únicos. Otras etnias también huyen a países industrializados como Australia o Nueva Zelanda en busca de un lugar seguro.

En total, desde 2012, unas 170.000 personas han huido por mar desde Myanmar hacia zonas donde puedan estar a salvo en el sudeste asiático. En 2017 se produjo una llegada masiva de refugiados en Bangladesh, donde hay una población de interés de 906.600 personas.

El trabajo de ACNUR en la región Asia-Pacífico abarca también la zona de Asia Central, donde la crisis de refugiados afganos sigue siendo, desde hace décadas, una de las operaciones más importantes y complejas de la organización.

Apoyando a solicitantes de asilo y apátridas

1,1 millones

de personas refugiadas de Myanmar.

2,7 millones

de personas de Afganistán fueron forzadas a huir.


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“La clave del asunto está en garantizar una identidad legal a todas las personas en el territorio de Myanmar, así como las libertades fundamentales que esto conlleva, como libertad de movimiento, no discriminación y acceso a los servicios”

Volker Türk, Asistente del Alto Comisionado de ACNUR para la Protección.