Corría el año 2006 cuando Ifrah Ahmed huyó de su hogar en Somalía y encontró refugio en Irlanda, país en el cual tuvo la oportunidad de construir su futuro. Fue allí donde su compromiso, activismo e historia de vida la llevaron a embarcarse en una ardua lucha en pos de defender los derechos de millones de mujeres y niñas en el mundo: erradicar la mutilación genital femenina.
En diálogo con ACNUR, la Agencia de la ONU para los refugiados, Ifrah Ahmed recordó que ella misma fue víctima la mutilación genital femenina cuando aún era niña. Al llegar a Irlanda y recibir atención sanitaria, los médicos vieron el horror que había atravesado.
“En el hospital no entendían realmente lo que era la mutilación genital femenina. Tuve que explicarlo… Me hacían muchas preguntas, como: ‘¿Cómo te has lesionado?’ ‘¿Quién te ha hecho esto?’”, señaló la Colaboradora de Alto Perfil de ACNUR.
El procedimiento, que implica la alteración o lesión de los genitales femeninos por razones no médicas, es considerado una violación a los derechos humanos de las mujeres y niñas; este puede causar graves problemas de salud e, incluso, la muerte.
Al día de hoy, se estima que más de 200 millones de mujeres y niñas lograron sobrevivir a esta aberrante práctica en 30 países de África, Oriente Medio y Asia, donde aún sigue siendo habitual. Solo en Somalía se calcula que el 98% de las mujeres y niñas han sufrido alguna forma mutilación genital femenina, la mayor incidencia del mundo.
“Comprendí que las otras jóvenes refugiadas o solicitantes de asilo no querían hablar sobre este tema, así que tomé la iniciativa”, mencionó Ifrah Ahmed en diálogo con ACNUR, y continuó: “Mi visión era luchar contra la práctica y crear conciencia en las personas porque en Somalia era algo normal”.
Así nació la Fundación Ifrah en 2010, que tiene por objetivo la erradicación de la mutilación genital femenina en Somalia. Su trabajo ha sido fundamental durante la pandemia de COVID-19; durante los últimos dos años, brindó capacitaciones a cientos de mujeres en materia de comunicación y producción de radio, medio de comunicación por el cual la Fundación emite mensajes en contra de la aberrante práctica.
También ha presionado al Parlamento de Somalía para que sea aprobada una legislación que prohíba la mutilación genital femenina en el país.
“El COVID ha tenido un impacto en nuestra campaña porque en Somalia la mutilación genital femenina ha aumentado, especialmente entre las mujeres desplazadas”, señaló Ifrah Ahmed, y siguió: “Pero no es sólo allí donde ha aumentado, sabemos que es una crisis mundial”.
Y cerró: “Si con mi activismo salvo a una sola niña de la ablación, entonces he tenido éxito… En los próximos 10 años quiero ver que las niñas y las mujeres sean libres de la mutilación genital, sin las consecuencias que otras mujeres y yo hemos tenido que sufrir”.
FUENTE: ACNUR.ORG
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