Louange Koffi creció en un campamento de refugiados de difícil acceso al oeste de Ghana. Para las personas de su comunidad no era fácil recibir atención médica y, cuando tenía 14 años, hubo un incidente que la marcó.
“Estaba en mi habitación, cerca de la media noche, y escuché que alguien tocó en la ventana”, narró. “Era una mujer, era amiga de la familia… Era evidente que sentía mucho dolor. La mujer le pidió a mi mamá que saliera, pero, antes de que saliéramos de la casa, dio a luz justo afuera de mi ventana”. Las instalaciones sanitarias más cercanas en el campamento estaban a una hora de distancia, caminando.
Motivada por esta vivencia, Louange se esmeró en la escuela para poder dedicarse a la medicina y, así, ayudar a otras personas refugiadas. Hacerlo implicaba caminar dos horas cada día para llegar al único bachillerato que había en el campamento.
“El trayecto no era sencillo, porque el camino era intrincado; aun así lo recorríamos porque queríamos que nuestra vida mejorara, queríamos recibir educación y queríamos tener impacto en la vida de otras personas refugiadas en el mundo”, compartió.
La madre y el padre de Louange huyeron del conflicto en Togo a principios de 1990. Encontraron protección en el campamento de refugiados de Klikor, en la región de Volta, Ghana, donde Louange nació. Más tarde, se trasladaron a otro campamento en el oeste de Ghana. Louange creció ahí junto con refugiados de otros países, con bagajes muy distintos.
Su dedicación como estudiante y su determinación para alcanzar el éxito rindieron frutos: aprobó la evaluación de bachillerato de manera espectacular. Su madre y su padre no tenían recursos para que ella continuara con sus estudios; sin embargo, en 2016 ganó una beca completa para estudiar enfermería en Accra, la capital de Ghana.
Por más de 30 años, las becas que ofrece la Iniciativa Académica Alemana Albert Einstein transformaron la vida de miles de estudiantes refugiados porque les abren oportunidades que les permiten desarrollar su potencial.
“Yo tuve la oportunidad de recibir educación de calidad”, indicó Louange. “Y aquí estoy ahora, ayudando a salvar vidas, teniendo impacto en mi comunidad”.
Cédula como enfermera
Más de la mitad de los casi 15 millones de niñas y niños refugiados en edad escolar no reciben educación formal. Louange aboga por que la niñez desplazada tenga la oportunidad de liberar su potencial. De hecho, subraya que no sólo existe la necesidad de que aumenten las matriculaciones en las escuelas, sino también de garantizar que la educación sea de calidad.
En 2021, luego de haber recibido la cédula como enfermera, Louange dedicó un año al servicio nacional obligatorio, trabajando en diversos centros de salud en Accra. En los últimos tres años ha estado aplicando su formación como enfermera siendo voluntaria en organizaciones locales en la capital; mientras tanto, espera que la envíen a trabajar de tiempo completo en uno de los hospitales públicos de la ciudad.
Además, Louange lidera diversas actividades juveniles, como la coordinación de un grupo de becarios del programa DAFI que atienden en clínicas móviles en la capital para brindar servicios médicos a las personas refugiadas y otras en situación de pobreza, sobre todo mujeres y niñas.
“Siento mucha pasión por la educación y la atención médica de calidad; también por el empoderamiento de las mujeres y las niñas, porque, si logramos empoderarlas, lograremos que el mundo cambie”.
Un mensaje para el mundo
Louange colabora activamente con responsables de políticas públicas y organizaciones para el desarrollo en Ghana y pasa la mayor parte de su tiempo representando a personas jóvenes y desplazadas en foros locales e internacionales. De hecho, es integrante del Consejo de Educación para Refugiados, que hace parte de una campaña internacional del Gobierno de Canadá para garantizar que las voces de las personas desplazadas se incluyan en los programas educativos para refugiados.
Louange también colabora estrechamente con ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, y con organizaciones socias en la promoción de la inclusión de las personas refugiadas en políticas nacionales en materia educativa y sanitaria. Para potenciar el alcance de su mensaje sobre la inclusión, Louange participó en Ginebra en la segunda edición del Foro Mundial sobre los Refugiados.
“El mensaje que quiero transmitirle al mundo en este foro es que las personas refugiadas tenemos capacidades, conocimientos y habilidades”, recalcó para concluir su intervención. “Si nos ofrecen oportunidades y nos garantizan el acceso a educación y atención médica de calidad, se sorprenderán”.