GINEBRA – Las fuertes lluvias han hecho estragos en 30 de los 36 estados de Nigeria. Según el gobierno, más de un millón de personas se han visto afectadas, 269 han perdido la vida y más de 640.000 han sido desplazadas de sus hogares.
La ciudad de Maiduguri, un centro humanitario en el noreste del país, está en el epicentro de la crisis. Las lluvias provocaron el colapso de la presa de Alau, a unos 20 kilómetros de distancia, desplazando a más de 400.000 personas en los últimos días. La rotura de la presa dejó sumergida la mitad de Maiduguri, y la mayoría de los residentes lo han perdido todo. Muchos de los desplazados ya habían sido desarraigados por conflictos o por los efectos de la crisis climática.
ACNUR y sus socios humanitarios están trabajando sin descanso para proporcionar ayuda vital a quienes perdieron sus hogares en las inundaciones. ACNUR está distribuyendo lonas, mantas, colchonetas, mosquiteras y otros artículos esenciales. También se está suministrando ayuda en efectivo a familias monoparentales, personas con discapacidades y familias con niños pequeños para ayudarles a comprar alimentos y cubrir otras necesidades básicas.
Sin embargo, los suministros se están agotando rápidamente y solo podemos cubrir menos del 10 por ciento de las necesidades más urgentes.
Las devastadoras inundaciones vienen a agravar contexto de años de desplazamiento, inseguridad alimentaria y dificultades económicas, con consecuencias desastrosas. Las comunidades que, después de años de conflicto y violencia, habían comenzado a reconstruir sus vidas se han visto golpeadas por las inundaciones y desplazadas nuevamente. Ellas, junto con otros miles de personas, están buscando refugio en escuelas y campamentos atestados.
Asimismo, estas situaciones a menudo conllevan un aumento de la violencia de género, lo que requiere una intervención urgente. Los socios de protección también están abordando el problema de las familias separadas, incluidos algunos niños no acompañados.
Cuando las aguas finalmente retrocedan, miles de familias se enfrentarán a la ardua tarea de regresar a hogares en ruinas, y necesitarán un apoyo importante para reconstruir sus viviendas, medios de subsistencia y recuperar a la normalidad.
La ONU y sus socios están recopilando más datos que ayuden a evaluar y abordar las necesidades generales. Pero no podemos permitirnos esperar. La urgencia de esta crisis requiere una acción inmediata y un mayor apoyo para las familias afectadas por las inundaciones, en Maiduguri y en otras partes de Nigeria.
Actualmente, hay 3,6 millones de personas desplazadas internas en Nigeria, principalmente en el noreste, y el país alberga a casi 100.000 solicitantes de asilo y refugiados. El llamamiento de ACNUR para el país, de 107,1 millones de dólares (USD), solo estaba financiado en un 28 por ciento a finales de agosto.