Con más de 79 millones de personas desplazadas forzosamente a nivel mundial, y cada vez más noticias sobre embarcaciones que atraviesan el Mediterráneo en los medios de comunicación, cada vez es más común escuchar los términos ‘refugiado’ y ‘migrante’. Pero…¿Existe una diferencia entre ellos? ¿Cuál es y en qué consiste?

Sí, hay una diferencia entre ellos. En este contexto, las personas refugiadas son aquellas que huyen de conflictos armados o persecución. Para finales del 2019, había 26 millones en el mundo. Su situación es tan peligrosa e intolerable que se ven forzados a cruzar las fronteras nacionales para buscar seguridad en países cercanos y, así, ser reconocidos internacionalmente como “refugiados”, con asistencia de los estados, el ACNUR y otras organizaciones. Para ellos, es demasiado peligroso regresar a su hogar; por ello, necesitan asilo en otros lugares. Negarles el asilo podría hacer que sus vidas corran peligro.

Siguiendo esta línea, el derecho internacional define y protege a las personas refugiadas. La Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y su Protocolo de 1967, así como otros instrumentos legales, se basan en los fundamentos para la protección moderna de los refugiados. Estos principios legales han dado lugar a la construcción de innumerables otras leyes y prácticas internacionales, regionales y nacionales.

Así, la Convención de 1951 define quién es un refugiado y establece los derechos básicos que los estados deben brindarles a cada uno de ellos. En este contexto, uno de los principios fundamentales establecidos en el derecho internacional es que las personas refugiadas no deben ser expulsadas o devueltas a las situaciones en las que sus vidas y su libertad puedan verse amenazadas.

La protección de las personas refugiadas tiene muchos aspectos; estos incluyen la protección contra la devolución a los peligros de los cuales han huido; el acceso a procedimientos de asilo justos y eficientes; y medidas que garanticen que sus derechos humanos básicos sean respetados, que les permitan vivir en condiciones dignas y seguras, mientras los ayudan a encontrar una solución a más largo plazo. Los estados tienen la responsabilidad primordial de esta protección. Por lo tanto, ACNUR trabaja de forma cercana con los gobiernos, asesorándolos y apoyándolos en lo que necesiten para implementar sus responsabilidades.

Por su parte, las personas migrantes son aquellas que elijen trasladarse para mejorar sus vidas, encontrar trabajo, estudiar, u por otras razones. A diferencia de las personas refugiadas, quienes no pueden volver a su país de forma segura, los migrantes continúan recibiendo la protección de su gobierno.

Para los gobiernos esta distinción es muy importante; en este contexto, los países tratan a las personas migrantes de acuerdo a su propia legislación y procedimientos migratorios. En el caso de las personas refugiadas, los Estados deben aplicar normas en materia de asilo y protección, definidas en las legislaciones nacionales e internacionales. Así, los países tienen responsabilidades específicas hacia cualquier persona que solicite asilo en su territorio o en sus fronteras. El ACNUR ayuda a los países a enfrentar sus responsabilidades de asilo y protección.

Por esta razón, confundir los términos ‘refugiado’ y ‘migrante’ puede tener serias consecuencias en la vida y la seguridad de las personas refugiadas, ya que puede verse desviada la atención de la protección legal específica que requieren; en este sentido, puede verse perjudicado el apoyo público hacia los refugiados y la institución del asilo en un momento en que más personas refugiadas nunca necesitan dicha protección. Necesitamos tratar a todos los seres humanos con respeto y dignidad, asegurándonos que todos sus derechos humanos sean respetados.

En este contexto, y recordando a las personas que se desplazaron en embarcaciones en el Mediterráneo hacia Grecia e Italia. ¿Quiénes son ellos? ¿Refugiados o migrantes? De hecho, son ambos.

Siguiendo esta línea, en el ACNUR decimos ‘refugiados y migrantes’ cuando nos referimos a movimientos de personas por mar o en otras circunstancias, en donde creemos que ambos grupos puedan estar presentes. Decimos ‘refugiados’ cuando nos referimos a personas que huyen de la guerra o persecución y han cruzado una frontera internacional. Y decimos ‘migrantes’ cuando nos referimos a personas que se trasladan por razones no incluidas en la definición legal de refugiado.

Fuente: ACNUR.ORG

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